El siglo XVII, fue un siglo de romance y fetiches
verdaderamente extravagantes. Y el que tengo preparado para el día de hoy es
uno que encabeza la lista de lo mas repugnante, quizás, lo mas morboso, o quizás
lo mas bello, según la perspectiva de cada quien que lo vea.
Esta costumbre inicio el 19 de agosto de 1839 en parís, Francia.
Y me refiero a la parte necro de la fotografía, sí, estoy hablando de la fotografía
POST MORTEM.
Aquella fotografía que tenemos sujetos con una puntilla
sobre la pared, decorada con el marco que nos regalo esa tía soltera, o el tío
de mas dinero, esa fotografía de nuestro cumpleaños, la de navidad, la del
grado del colegio…en fin. La podrían, por un momento visualizar con uno de sus
parientes, “pero que este se encontrara muerto”. Sí, la fotografía familiar con
un cadáver. Pues esta era una técnica fotográfica del romanticismo, pleno siglo
XVII, no se veía como algo con morbo por la ideología nostálgica de la época,
es mas, el hecho de morir, era considerado un privilegio.
Inicio en parís pero muy pronto se extendió por toda Europa,
los mas destacados y puestos en la cima del escalafón de mas importante a menos
importante en ser fotografiados eran los niños, ya que ellos eran considerados
personas puras y santas (igualmente actualmente se sigue considerando así, según
algunas religiones).
Aunque esta técnica fotográfica tiene una historia un
poco antes del romanticismo, fue hacia finales del renacimiento. Finales del
siglo XVI, esta “pre-fotografía” tenia un nombre etimológicamente en latín “memento
morí”, que traduce “recuerda que eres mortal”. Pero era una especie de retrato
que buscaba generalmente en muertos religiosos o en los niños, mantener vigente
su belleza física y su pureza, respectivamente. Esto en cuanto a los
religiosos, se debía a que era una vanidad retratarse en vida, por eso luego de
muertos les era realizado su retrato.
Los fotógrafos de la época, ganaban bastantes habilidades
en la búsqueda de los mecanismos y las herramientas cotidianas que podrían utilizar
para embellecer la fotografía y dejar de
lado esa crudeza y tristeza de la muerte.
Una de las técnicas, era maquillar al difunto, y luego de
ya revelada la fotografía, esta era coloreada a mano, por razones de que la fotografía
de la época era tan lenta en su proceso de obturación de la imagen los muertos
resultaban siendo excelentes modelos para la toma fotográfica. Sin embargo, en
ocasiones se necesitaba de la creación de diferentes dispositivos que le
sostuvieran al cuerpo la cabeza y las otras partes del cuerpo.
Algunas de las fotografías se desarrollan en lugares de
la casa de los familiares, como en la cocina o en el comedor, con el resto de
los familiares vivos cenando, algunos niños, eran fotografiados con sus
juguetes de preferencia a sus alrededores, los abuelos se mostraban con sus
rajes elegantes o sostenidos con su bastón. Se tenia en cuenta algunos
accesorios como rosas para representar la edad en el caso de las mujeres, o se
les agregaba un reloj de pulso a los hombres con la hora de la muerte.
Para los militares, monjas, sacerdotes o personas de jerarquías
semejantes eran fotografiados con sus atuendos que los caracterizaban. Los familiares
que posaban junto a los muertos, no mostraban ningún rastro de dolor.
Los retratos mortuorios, se podrían clasificar en tres;
fingir que esta dormido, simular vida, o no simular nada; este consistía en que
la fotografía era obturada en el lugar del lecho de muerte y se le colocaban
flores, en ninguna de las otras fotografías se le colocaban flores.
Esta técnica fotográfica sobre el siglo XIX se difundió
por argentina, Perú y México principalmente como países latinoamericanos.
“Todo arte por mas grotesco que parezca, depende
principalmente del artista que se encargue de desarrollarlo y bajo que términos se encargue de
difundirlo, incluso hasta la muerte, como en este caso, es arte y tiene un
concepto de belleza.
Queridos artistas, nunca piensen que lo de ustedes no es
arte. Todos los artistas pueden ser grandes, muy grandes, tanto como se lo
propongan, Si se le es honesto al arte y se desarrolla con pasión y dedicación.
"MEMENTO MORÍ... RECUERDA QUE ERES MORTAL"
frase anónima renacentista
Kevin Sánchez. REVOLUCIÓN 88