martes, 26 de marzo de 2013

MANUAL DE TOLERANCIA - EL OLVIDO QUE SEREMOS

                            



MANUAL DE TOLERANCIA

Decidí colocarle al titulo del primer ensayo de literatura del blog, como el libro que el mismo Héctor Abad (hijo) realizo de los escritos perdidos sobre cajones, ensayos y demás notas de su padre. Manual de tolerancia, es uno de los tantos títulos que se podrían rescatar luego de leer el maravilloso libro del escritor y periodista colombiano.

Héctor Abad Gómez, un gran medico y escritor. Nacido en Jericó, Antioquia. Asesinado por decir la verdad y luchar por un cambio nacional. Una de las tantas victimas intelectuales que se llevo la gran crisis en Medellín y en el país con “nuestra guerra mundial-nacional” del cartel de Medellín y “nuestro Hitler y Jesucristo” pablo escobar. Aquel hombre que en el corazón de los colombianos es un “extraño caso del doctor jekill and Mr. Hyde”, amado y odiado por el mundo.

Una desgarradora narración, realidad, injusticia, amor, lucha de ideales, emprendimiento, responsabilidad, e incluso humor, estos y tantos mas son los “estados” por los que se pasa al leer cada una las hojas del libro “el olvido que seremos”.

No miento al decir que derrame lágrimas y lance carcajadas al pasar por las palabras escritas por Héctor y aprendí bastantes cosas por medio de la autobiografía suya y de su padre. Solamente el inicio, es un claro ejemplo de la inocencia y el amor que un hijo puede profesarle a su padre. Todo padre quisiera que su hijo le prefiriera que al mismo DIOS, (y para los creyentes, no lo malinterpreten. No es en son de burla. Solo es un ejemplo conmovedor que estoy seguro que llega al corazón de cada uno de los lectores).

El apasionado medico antioqueño, lanzando verdades sin temor y siendo finalmente, pero muy injusta y vilmente asesinado en las mismas calles antioqueñas que lo vieron crecer, aprender y así mismo enseñar. “…hacemos el mismo recorrido a pie que en unos minutos antes habían hecho mi papa y Leonardo: la carrera chile, voltear a la izquierda por argentina, cruzar el palo…” como lo describe el mismo Héctor Abad Faciolince. Ese momento, es un momento de rabia, se congela el mundo entero en el momento que se lee la semejante descripción del asesinato del señor Héctor Abad Gómez, “…hijueputas…” es la palabra que mas se ajusta a los autores de tan atroz acontecimiento.

Toda una vida. Toda una vida en casi 300 páginas, toda una vida en la búsqueda de una solución para el bien común, toda una vida brindándole amor infinito a sus hijos, esposa, y toda persona que lo rodeaba, toda una vida interesado por el bien social, la salud y el bienestar del país, toda una vida luchando contra la corriente, pero siempre con la frente en alto y con una fe inquebrantable, toda una vida yace en algunas memorias de aquellos que convivieron con Héctor Gómez en vida, yace, en las prensas publicadas antes y después de su paso por esta tierra, yace, en el corazón de algunos colombianos, yace, en el pasado, yace en ese momento de lucha constante, que ahora es inmortal. Inmortal porque nos enseño y demostró, que solo un hombre logra un cambio, y que con amor y compasión se logran las cosas, no solo a las patadas como acostumbramos, yace eternamente en ese punto del pasado 25 de agosto del 87, en ese punto en que nada acabo, sino que todo inicio y Héctor Abad Gómez, paso de ser un respetado medico y ensayista, a un héroe patrio, para su familia, para mi, para Colombia, para el mundo y para la historia. Y quiéranlo o no, quieran silenciar nuevamente a tiros la verdad. Es así.

Si fuese a mi decisión el resultado del libro, lo catalogaría como obra maestra, le brindaría un nobel de literatura, lo colocaría en el podio de primer lugar en cuanto a libros colombianos (respeto las decisiones de todos los lectores y escritores, quizás piensen algo completamente opuesto o quizás piensen que no e leído los suficientes libros para tomar esta decisión, pero a lo que me concierne, en este punto de mi vida, es así), le daría un aplauso que durara semanas y un beso con nostalgia, aprecio y bastante respeto que merece el señor Héctor Abad Faciolince.

Gracias por semejante muestra literaria, la atesorare espero que hasta mi vejez.

“Casi siempre pasa igual: cuando la felicidad nos toca, es cuando menos nos damos cuenta de que somos felices”.

Héctor Abad Faciolince – el olvido que seremos


Nota: La noche del 25 de marzo del año 2013, mientras me encontraba en mi habitación leyendo las ultimas paginas del libro de Héctor Abad Faciolinceel olvido que seremos”, leyendo profundamente una a una de las palabras de este excelentísimo escritor paisa que describen la triste tragedia de su padre, pero a su vez las grandes hazañas, uno de mis adversos en secreto se suicido en uno de los apartamentos de los bloques laterales a mi casa.

La muerte de este joven, me deja mucho que pensar y una gran enseñanza. Siempre lo juzgaba por su consumo de drogas ilícitas, y los ataques que realizaba en mi contra por “ser diferente”, no ser parte de su “grupo”, pero nunca sabemos porque el comportamiento de las personas es así, el me juzgaba directamente y aunque yo nunca le dije nada, lo ofendía anónimamente. Ricardo, cuyo apellido desconozco, espero que logre culminar en el lugar mas apropiado que halla después de la muerte. Es ilógico anunciar mis disculpas sabiendo que no las escuchara, pero aun asi las comunicare; Ricardo, perdón por mis ofensas de pensamiento, aprendí mucho por tu partida, y aunque nunca nos conocimos, gracias por esta bella enseñanza.

Ricardo. Q.E.P.D. 1994-2013.

“La perdida no siempre debe ser una tragedia, se debe aprender y luego crecer”

Kevin Sánchez. Revolución 88


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